¿Por qué no escribo?
Porque hoy me cuestan las certezas. Y no me gustan las dudas.
Pero lo voy a intentar igual, porque recién tuve una certeza, que aunque fatal, certeza al fin.
Viene complicado. No se asusten. Soy vehemente, apocalíptica, maquiavélica y terminante. Pero después se me pasa. O no.
Pensaba en dejar de amar. No es fácil, pero sí es simple. Si uno pone el orgullo de por medio, termina siendo simple.
Lo que no es fácil es tomar la desición, pero una vez tomada, hay pasos a seguir.
Dejar de amar, si despojamos todas las ideas románticas acerca del amor, no es más que retirar la líbido de un objeto.
Con mucha fuerza de voluntad y basándose en la poco orgullosa plataforma del orgullo, esto se logra en un par de semanas.
Si no me aman, no amo. Eso ya lo dije yo varias veces. Y Mimi Maura ya lo dijo también "Y si me olvidan me olvido".
Entonces, tomamos la libido depositada en el objeto amado, tooooda juntita, y la llevamos para otro lado. El primer problema con que nos encontramos es ¿Y ahora donde la pongo?
Puede ser en cualquier lado. Aunque hasta que no hay algún sitio determinado es el peor momento de tu vida, porque andás por ahí con un montón de amor entre los brazos y corriendo de un lado para el otro pensando donde ponerlo.
Mientras tanto, uno le hace una maldad a la persona (ex) amada. Esa es la mejor parte.
La persona amada hasta ahora tenía algo, que aunque no lo quería, lo disfrutaba. Y con impunidad se aprovechaba de cada gota de amor que uno le daba, haciendo y deshaciendo a su antojo y confiando en que la canilla abierta se mantiene con poco.
Bueno, de buenas a primeras, si uno logra hacer el proceso de retiro de libido bien drásticamente, la persona amada se queda de repente sin nada de todo eso que tenía sin merecerlo.
Y he ahí su sorpresa. No más shyfull long starings, no más incondicionalidad, no más atención, no más respuestas a todas sus preguntas, no más propuestas insólitas. No más.
Si uno puede presenciar el momento de la sorpresa, cuanto mejor. Ahí uno puede disfrutar de una pequeña pero reveladora venganza, que bien merecida se tenía por haber subvencionado tanto amor no correspondido.
Y que nadie me venga a hablar mal de la venganza, que gracias a ella soy una mejor persona. Es la única razón por la que no guardo rencor.
Hay más cosas para decir de este proceso de des amor. Lo importante es que si uno lo piensa bien, el amor es una cosa. Que se pone, y se saca.* Hay que tener la sangre fría como yo, claro, para verlo.
Si si. El cinismo como ven, es una salvación. Después no me pregunten porqué me cuesta escribir.
Quiero aclarar que por sobre todas las cosas, creo que los seres humanos somos contradictorios. Esto quiere decir que no voy a sostener este discurso todos los días. Soy completamente impune a los cambios de paradigma y, es más, lo hago todo el tiempo.
También creo en la bondad aveces y en que el amor todo lo puede. El tema es que ahora no me conviene. Eso no quiere decir que todo lo de arriba no sea cierto.
¿Ezquizofrenia? Si, a pleno.
* No intenten hacerme la lecturita analítica de esto, ya estoy grande. Y evité el chiste fácil porque estoy hablando seriamente.
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5 comments:
Y bueno, si no querés la lecturita analítica entonces no tengo mucho para decir, excepto que me alegra que hayas escrito.
Debo decir que yo jamás hubiera pensado en descartar al amor, o cambiarlo de objetivo como vos proponés. Me parece una idea descabellada. A ver, por qué haría tal cosa? Yo cambiaría donde estoy poniendo todo, y buscaría algo que retribuya un poco más todo mi "amor". A veces uno gasta demasiado en lugares donde sólo se puede perder.
At least that's what I think.
Yo no hablé de descartar el amor. Hablé de dejar de amar, y del proceso que implica. También cabe aclarar que acá hablé de dejar de amar a alguien en particular, y no en general.
El cambio no es de objetivo, si no de objeto. Estoy hablando en términos psicoanalíticos: objeto, libido.
Freud decía que el amor, así como tantas otras cosas, es la investidura libidinosa de un objeto en particular. Es una "cantidad" depositada en algún lado.
En mi post explicaba que pasa cuando uno decide retirar esa "cantidad" del objeto elegido. Todas las sensaciones de vacío y pérdida que siguen a una separación o desenamoramiento se retratan en esa imagen de tener una "cantidad" de algo sin objeto definido.
Freud explica esto mejor que yo en Duelo y melancolía.
Cuando decís que vos cambiarías donde estás poniendo todo... eso es justamente de lo que hablo. Estoy viendo donde lo pongo. Porque no cualquier cosa es un objeto de deseo para mí.
Y dale... pick your category!
Te faltó decir "Y daaaale Tino!".
No seas nabo.
Ahora te toca a vos desnudarte un poco así yo opino.
O preferís que escriba mis pensamientos sobre el uso de la venganza en la vida cotidiana y sus relaciones con el pensamiento maquiavélico?
Tam, falta que opines vos.
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