Respetame, che.

Recién leía acá y pensaba: uno puede prescindir de muchas cosas, pero no de la dignidad, del respeto. Obviamente estoy hablando por mi, sé que hay muchas gente que puede encontrar placer en ese maltrato, pero yo no.
Puedo estar sin amor por un tiempo, sin sexo por un buen lapso, sin comida por casi un día (si, con rima, es que soy un pueta!), sin que me digan que me quieren por una temporada, pero no puedo, no concibo la posibilidad de permanecer sin dignidad, sin el respeto del otro, de aquel que me acompaña.

Tampoco voy a decir que no me haya agachado al menos un poco para conseguir algo que para mi era importante. No. Lo he hecho. Cuando funcionó fue genial, pero cuando no, creo que respondí rápidamente y logré salir de ese enfermo lugar de sometimiento. No se si ambas palabras están necesariamente ligadas (dignidad y sometimiento), pero encuentro una personal relación, así que parta mi si.

Las cosas que hacemos para que nos quieran, carajo...